Síndrome de Crohn y Colitis Ulcerosa
La enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa se denominan Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII). Ambas son enfermedades crónicas, de causa desconocida, evolucionan con brotes de intensidad variable y pueden durar varios días. Las dos producen una inflamación en el intestino, aparece en ambos sexos y por lo general desde la edad adolescente hasta la edad adulta.
Los factores de la aparición de estas patologías pueden ser diversos pese a que las causas exactas se desconocen. Algunos de los factores son:
- Genéticos (antecedentes familiares)
- Ambientales
- Tabaquismo
No existe una dieta exclusiva para estas enfermedades. Se suele recomendar una dieta variada con ciertas particularidades. Cada enfermo procurará ir excluyendo aquellos alimentos que le generen malestar, dolor o diarreas una vez los ingiera.
Los signos y síntomas más frecuentes de esta enfermedad son:
- Dolor abdominal
- Diarreas intensas
- Estreñimiento
- Inapetencia
- Cansancio
- Procesos depresivos
- Pérdida de peso
El seguimiento de una dieta individualizada es clave para evitar los brotes de la patología, de igual modo, es también la alimentación la que puede generar el inicio del proceso inflamatorio. Hemos de tomar suficientes calorías, proteínas y nutrientes de una variedad amplia de grupos de alimentos.
Puede suceder que el enfermo de Crohn tenga diarreas muy grasas, es recomendable utilizar aceite de cadena media para uso en las elaboraciones y recetas, se vende en farmacias y se denomina MCT (triglicéridos de cadena media).
No es necesario dejar de tomar leche y derivados lácteos, los retiraremos si se genera intolerancia. En este caso se puede consumir leche sin lactosa, que se tolera mejor y por supuesto aquellos lácteos que no tengan demasiada grasa en su composición (desnatados y semidesnatados).
En este tipo de patologías, si se produce una consecución de brotes, puede llegarse a un inicio de desnutrición, pudiendo necesitar suplementos (hierro, calcio, vitamina D, vitamina B12, etc.) que indicará nuestro médico en caso de ser necesario.
Las recomendaciones/consideraciones para evitar molestias se podrían resumir en los siguientes puntos:
- Seguir una alimentación normal (Dieta Mediterránea) si no hay brotes.
- Tomar lácteos si no hay intolerancia a la leche y evitar aquellos lácteos más grasos.
- Procurar evitar tomar los productos muy ricos en fibra (salvado, semillas integrales, muesli, etc.)
- Comer cantidades pequeñas de alimento a lo largo del día (varias tomas de menor cantidad).
- Beber mucha agua (mejor en pequeñas cantidades).
- A mayor cantidad de alimento “dañino” que ingerimos mayor será la consecuencia para la enfermedad.
- Sustancias como el alcohol, café o el tabaco pueden resultar perjudiciales para la enfermedad.
- Hemos de procurar no tomar fibra, ni alimentos con mucho residuo si tenemos diarrea o brotes.
- Una norma fundamental es la de comer tranquilo, sentado y por supuesto masticando lentamente el alimento.
El tratamiento de esta patología se puede abordar con medicación, cirugía o suplementos nutricionales con el fin de controlar la inflamación, el dolor abdominal, la diarrea y corregir las posibles deficiencias, dependiendo de los signos y síntomas y por supuesto de la valoración del equipo médico. No dudes en acudir a tu médico y seguir unas buenas pautas de alimentación saludable y de actividad física.