¿Soy intolerante a la lactosa?
La lactosa es un tipo de azúcar (disacárido) compuesto por dos moléculas unidas entre ellas, la galactosa y la glucosa. Está presente en todas las leches de los mamíferos: vaca, oveja, cabra, búfala y en la humana, y, por supuesto también puede encontrarse en muchos alimentos elaborados y preparados.
Se produce una intolerancia a la lactosa cuando nuestro organismo (intestino delgado) no genera “destornilladores” que permitan el “desmontaje” de esos dos azúcares. Al destornillador que “desmonta” el azúcar de la leche (lactosa) en dos piezas más sencillas (monosacáridos) se le denomina lactasa y es una enzima. Si los niveles de lactasa son bajos o no realiza bien su función, aparecen dificultades para digerir la lactosa (azúcar de la leche) produciendo, como consecuencia, una sintomatología que genera malestar y dolor al intolerante.
En adultos la intolerancia a este tipo de azúcar es muy frecuente. Es muy común entre adultos de origen asiático y africanos, menos común en personas de origen europeo.
Es posible presentar una intolerancia a lactosa de bebé (más frecuente en prematuros), en bebés no prematuros no suelen aparecer signos antes de los 3 años.
Signos y síntomas
Se presentan de 20-30 minutos a dos horas después de consumir productos con lactosa, empeorando la sintomatología dependiendo de la cantidad que se ingiere. Los principales síntomas y signos son:
- Náuseas
- Dolor abdominal
- Distensión e hinchazón abdominal
- Gases
- Diarrea
- Vómitos
- Heces flotantes
Pruebas y exámenes
La intolerancia a la lactosa tiene un fácil diagnóstico mediante una serie de pruebas médicas.
- Prueba de aliento para lactosa-hidrógeno
- Prueba de tolerancia a la lactosa
- pH de las heces
Tratamiento
- Controlar la ingesta de productos lácteos que contienen lactosa.
- Mirar e interpretar el etiquetado de los productos que compramos y consumimos con el fin de detectar la presencia de este tipo de azúcar.
Nota: Los derivados lácteos (yogur o queso) son más fáciles de digerir puesto que la lactosa va desapareciendo paulatinamente debido a procesos de fermentación y maduración de los productos. Los quesos, cuanto más curados, menos presencia de lactosa presentan, aportando de este modo el calcio y otros nutrientes fundamentales presentes en la leche y sus derivados.
Productos lácteos con poca o ninguna lactosa
- La mantequilla de leche y los quesos.
- Productos lácteos fermentados, como el yogurt.
- Quesos curados.
- Productos sin lactosa.
“No tomar lácteos o derivados lácteos puede suponer un déficit de calcio, magnesio, potasio, vitamina D, vitamina A, riboflavina y proteína de alto valor biológico (caseína)”
¿Hay diferentes grados y tipos de intolerancia a la lactosa?
Dependiendo del nivel de intolerancia, cada individuo tolera una cantidad mayor o menor de lactosa al día.
Hay personas que toleran perfectamente los quesos y yogures (gracias a sus bacterias parte de la lactosa se ha convertido en ácido láctico). Existen también casos asintomáticos de intolerancia a la lactosa, al no superar el umbral de intolerancia.
Grados de intolerancia
Grado sensibilidad cantidad tolerada (día/g.)
ALTA 1-4 g/día
MEDIA 5-8 g/día
BAJA 9- 12 g/día
Tipos de intolerancia
- Intolerancia primaria genética (GENÉTICA, PROGRESIVA E INCURABLE)
Se trata de la pérdida progresiva en la producción de la lactasa (“destornillador”).
Tiene una causa genética. Los individuos con esta intolerancia van sufriendo molestias, síntomas y signos de manera progresiva.
- Intolerancia secundaria (TEMPORAL Y CURABLE)
La disminución de la producción de lactasa está provocada por un daño intestinal temporal debido a otras causas (celiaquía, enfermedad de Crohn, intolerancia proteína de la leche de vaca). Cuando el individuo está curado y se regenera la mucosa dañada, desaparece la sintomatología.
- Intolerancia congénita (GENÉTICA, DE NACIMIENTO E INCURABLE)
Es una forma muy rara de intolerancia a la lactosa, es provocada por un defecto congénito o genético.
Si padeces intolerancia a la lactosa o te sientes mal tras ingerir productos que la contengan, no dudes en acudir a un especialista. Es posible una alimentación completa, equilibrada y sabrosa sin lactosa.