Se trata de una bebida compuesta fundamentalmente por agua y alcohol. Contiene también una serie de componentes no alcohólicos, muchos antioxidantes sumamente beneficiosos para la salud: polifenoles (resveratrol, catequinas, etc.) y vitaminas como la tiamina, riboflavina, ác. pantoténico. nicotinamida, piridoxina, biotina y cobalamina. También contiene azúcares.
Según la OMS una persona adulta sana, sin patologías asociadas al páncreas, alteraciones cerebrales o enfermedades hepáticas, puede tomar una o dos copas de vino al día, pese a pretender bajar de peso, teniendo en cuenta que las cantidades de tolerancia al alcohol en hombres y mujeres varían ostensiblemente. En caso de la mujer la medida se establece en torno a 16 g. / día y en el caso del varón 24 g. /día de media.
Podemos calcular estas cantidades de alcohol de una manera sencilla:
Gramos de alcohol:
Volumen (c.c.) x Graduación alcohol (% vol.) x 0.8 (densidad alcohol)
————————————————————————————————- = g. alcohol
100
Ejemplo: 250 centímetros cúbicos cerveza rubia alc. 4,5 % vol.
Gramos alcohol cerveza rubia:
250 cc x 4.5 % vol. x 0.8
—————————————– = 9 gramos de alcohol
100
Nadie duda sobre que el consumo excesivo de alcohol tiene graves consecuencias para las personas, tanto para la salud como a nivel social y laboral. No obstante en numerosos estudios epidemiológicos se demuestra que un consumo moderado del mismo, disminuye el riesgo de muerte, procurando un efecto cardioprotector.
Los efectos beneficiosos del consumo moderado de vino frente a patologías coronarias se han vinculado directamente al aumento del colesterol de alta densidad (HDL- “Colesterol bueno”), a la disminución de la agregación plaquetaria y a una reducción de la resistencia a la insulina. Se observa de igual modo una reducción de los accidentes cerebrovasculares.
No obstante hemos de ser contundentes al no recomendar el consumo de vino para disminuir las enfermedades cardiovasculares, puesto que el consumo de alcohol puede perjudicar también nuestra salud a nivel hepático, pancreático, nervioso, etc.
Podemos concluir que el vino tinto es base de nuestra Dieta Mediterránea y que todo individuo adulto, en el caso de consumir tal bebida, puede hacerlo de manera moderada, siempre que no tome algún medicamento o padezca alguna enfermedad que lo contraindique.